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sábado, 26 de junio de 2021

Progreso y regreso.

Desde luego hay que ver cómo ha cambiado la vida en los últimos 60?, 50?..No, en los últimos 20 años. Y si hablamos de lo informático-tecnológico el cambio es paranormal. Si nos fijamos bien, todos los últimos "trabajos" más demandados y creados en el aquí y ahora acaban en -r: "influencer" (el típico que dice que si te has de tirar por un puente, lo haces), "community manager" (te lo ordena todo, hasta la habitación), "youtuber" (te explica su vida con vídeos), hacker (yo te fastidio el pc y tú a mí también), "gamer" (lo que hacíamos nosotros con el amstrad y el spectrum pero en color), y así podríamos estar hablando largo y tendido.

Pero no estamos cayendo en la cuenta de que todo lo mentado antes es algo, por así decirlo, "Inter-pasivo" porque el referente es una pantalla y un teclado. Supongo que el hartazgo en nuestras generaciones es vehemente, máxime cuando observamos que la relación que puedes establecer a través de un ordenador es ficticia y pocas veces sabes quién se esconde al otro lado. Esto también demuestra una gran falta de personalidad en la juventud, y por supuesto de intimidad (tik tok es más peligroso en la actualidad que un ataque informático), y si hablamos de Facebook o Instagram es ya para echarse a temblar. 
  
No se trata de criminalizar a la tecnología informática por supuesto, es más, poquísima gente podría vivir en la actualidad sin un smartphone o sin un ordenador, y mejor no pensar en cómo se habría lidiado con las diferentes reuniones y tareas académicas sin esas clases "en diferido", farragosas y que por supuesto nada tienen que ver con el entorno en el aula, pero necesarias al fin y al cabo por el bien común y por el futuro más próximo del alumnado y el profesorado. No, no se trata de eso, sino de que reflexionemos sobre el uso de esas fantásticas herramientas que tenemos a nuestro alcance, de observar si hemos pasado la línea entre lo permitido y lo prohibido, entre la libertad y el libertinaje. Porque se han creado multitud puestos de trabajo relacionados con lo virtual, pero nadie ha pensado en un nuevo tipo de adicción y en cómo controlar este mundo, incluso a nivel psicológico.

Si volvemos la vista atrás, las personas que rondamos la cincuentena recordaremos que en algunos institutos ya se ofertaba el taller de informática (con el uso de un mamotreto más grande que una caja fuerte) o el de hogar (de lo más variopinto, lo mismo hacías un muñeco de escayola como pintabas la clase), yo me decanté por este último, con el consiguiente arrepentimiento al ver el goce de mis compañeros con su primera experiencia virtual. Pero nada tiene que ver con el nivel al que hemos llegado, sí que empezábamos a tener cultura audiovisual pero mandaba el juego en la calle y la interactividad de verdad, llegar sucio y cansado a casa a altas horas, sin pensar en peligro alguno. Raro era el que se quedaba en casa un día entero, a no ser que estuviera castigado.

¿Cómo han podido los padres, que estaban todo el día jugando en la calle en sus épocas mozas, permitir que sus hijos a veces se pasen el día encerrados delante de una pantalla?, ¿Nos hemos inventado falsos peligros para sobreproteger a la juventud? Nos podríamos cuestionar éstas y otras preguntas, pero todo depende del prisma o la perspectiva con que se mire el problema. Supongo que todo se inicia en la infancia, si a nosotros nos decían que era normal caerse para poder levantarse, y que existía la vitamina "m"; ahora ves a padres y madres en versión desactivador de bombas, intentando impedir que las criaturas se caigan, se ensucien, cojan cosas del suelo, vamos un sin vivir y un error porque los niños son creativos por naturaleza, y aunque no lo pensemos cuentan con el ensayo y el error. Con el paso del tiempo crecen y descubren las "máquinas", un nuevo mundo en el que no es necesario salir a la calle, y los padres encantados y acomodados, así se crea la sobreprotección. Pienso que pierden un tiempo precioso e irrecuperable, hasta que llegan al instituto y el paradigma cambia por completo, esa sí es la época interactiva y amorosa por antonomasia.

Por último, cabe decir que en principio lo virtual poco tiene que ver con lo teórico-práctico, porque no puedes traspasar la pantalla para ver el resultado del trabajo deseado, pero sí después a partir de diferentes máquinas, (impresora 3D, por ejemplo), así el ordenador es casi siempre un medio para lograr un fin, pero no un fin en sí mismo. Si le damos a un anciano zapatero un ordenador hará lo mismo que si a un adolescente le damos unos alicates, no sabrá cómo manejarse. Pero está claro que todos los oficios de antaño tenían que ver con la "poiesis" aristotélica: una persona trabajaba para obtener algo tangible: un zapatero hacía o  arreglaba zapatos, un carpintero creaba muebles, un orfebre hacía joyas, un herrero hacía objetos de metal, etc; 

Pero no hay nada tangible en la función de un gamer, un youtuber o un community manager. Y si hablamos de lo interactivo, que les digan a los trabajadores de una fábrica, los que fabrican y producen cosas, como su nombre indica, lo que es trabajar en equipo y lo que es la interactividad. Es de cajón, por otro lado, que cualquier trabajo ha ido también mejorando o progresando (la misma fábrica a nivel conceptual) mediante lo tecnológico y lo informático, pero ese progreso es también regreso, regreso a lo inactivo para multitud de trabajadores cuya función al final la acaba realizando una máquina. Si antes un analfabeto era quien no sabía leer ni escribir, ahora lo es quien no tiene competencia en las tecnologías de la información, el conocimiento y el aprendizaje digital y virtual. Si antes eras un burro por no saber las tablas de multiplicar, ahora lo eres si no sabes hacer una fórmula en Excel. 

En fin, como decía aquél: "hay gente para todo".


lunes, 7 de junio de 2021

Desconexión

Señor Sánchez ¿Por qué no se hace y nos hace un favor y dimite? Por vergüenza torera debería irse, seguramente le consideren ya como el peor gobernante que hemos tenido y que seguramente tendremos, y a las pruebas me remito. Encomendó a Gabilondo la defensa socialista de Madrid, le envió a una derrota política segura contra Ayuso y de paso se deshizo de su camarada Pablo; se ve que es de los de tirar la piedra y esconder la mano, aunque eso suponga pactar con el mismísimo diablo, pero la jugada le salió rana y perdió votos hasta en barrios que consideraba como baluartes, el mismo Vallecas por decir algo. Con la hostelería y el sentimiento no se juega y continúa erre que erre con intentar penalizar el ocio, así que ya no se han contrariado solo los madrileños sino que el pastel del centralismo está empezando a resquebrajarse en pro de las diferentes comunidades autónomas que no soportan ya el desgobierno existente y que al menos miran por la ciudadanía. Éste es solo un ejemplo de la disconformidad de las CCAA con papá y mamá, pero hay más.

El segundo ejemplo son las vacunas, el cachondeo máximo, de "traca i mocador" como dicen en mi tierra, indefinible y esperpéntico. El ministerio de sanidad aconseja, más bien dicta y sentencia desde su ignorancia, sino no se actuaría de este visible modo; que si te has puesto la primera vacuna de Astra Zeneca, has de firmar un consentimiento para ponerte la segunda dosis de la misma, pero si te pones de primero Astra Zeneca y de segundo Pfizer no debes rellenar ningún documento, ¿No debería ser al revés? Yo no soy de mezclar alcohol, si bebo cerveza, cerveza y si bebo vino, vino...así, que ¿Por qué tengo que mezclar algo que de por sí ya me tiene  escamado al ser una vacuna de nueva generación?. Pero esto va más allá, antes no había vacunas y ahora ya puedes ir a cualquier hora que te vacunan seguro, esto no es es de mi invención, hay un control descontrolado o un controlado descontrol, como se le quiera llamar, y el "protoloco" sigue fallando. 

También se pensaban que habría otra ola, y no de calor precisamente, para seguir teniendo a la gente en vilo y con falta de libertad, pero con el fin del ilegal estado de alarma la ciudadanía está empezando a salir de su provocado letargo y quiere pedir responsabilidades por la inanición gubernamental, y esto sí que será una ola ascendente sin fin, sobre todo cuando a muchas personas se les acaben sus expedientes de regulación de empleo, temporales o no; entonces es cuando el lobo será lobo y no cordero como hasta ahora. Y desde luego no ayudan decisiones como la de cambiar la tarificación de la factura de la luz, eso provocará tensiones a medio o largo plazo entre la vecindad y mucha gente no creo que esté dispuesta a ponerse a planchar de madrugada o poner lavadoras como si se fueran de "after, ya los veo bebiendo cubatas al son de la lavadora, !qué temazo! parece de chiste pero no lo es. Las noches son para dormir, no para discutir con vecinos, con tu propia familia ni para tender ropa; son multitud de "memes" los que corren como la espuma sobre este tema, y eso nos dice una cosa, que el españolito no ha perdido ni perderá un ápice de su retranca irónica que nos caracteriza: la inventiva picaresca. Si algo nos caracteriza es que le solemos y podemos sacar punta a todo, desde los primigenios juglares y trovadores, pasando por lo quijotesco, hasta llegar al esperpento y lo digital, nuestro humor ha prevalecido y prevalece hasta en los momentos más duros de nuestra historia.

Por otro lado, me parece que vive usted en un mundo paralelo, no sé cómo se puede preocupar por como será la "España del 2050" en vez de intentar subsanar los problemas que ahora nos acucian, desde su poltrona no atisba a observar la que nos está cayendo, y no de agua. Un buen gobierno se preocupa y ocupa del presente y no del futuro, como decía aquél gran hombre que ya no está: "Puedo prometer y prometo"; las promesas se tienen que cumplir sin finalidad, la misma promesa es su fin y no hay medio, es mejor no prometer nada que mucho, pero en política ya se sabe. Por no hablar de que se debe sentir como el "Fausto" de Goethe al haber vendido su alma y no poder recuperarla, por lo menos en esta legislatura, y el precio a pagar está siendo muy alto, incluso hasta llegar al enfrentamiento con la jurisprudencia. Se habrá dado cuenta de que esa lucha es como la del Quijote contra los molinos, siempre tienes las de perder. 

En fin, quien fuera por un rato un lúcido Max Estrella en "Luces de Bohemia".

Manuel Morillo Miranda