Entradas populares

jueves, 15 de julio de 2021

"Insultos" a la inteligencia

Pues oiga, que seguimos con la política de saldo, qué casualidad que el mismo día en que conceden los "indultos" a unos tipejos secesionistas que se ríen del Estado español, también es el día en que deja de ser obligatorio el uso de la mascarilla al aire libre; a no ser que no haya esa distancia mínima exigida de metro y medio, que al final tendremos que ir con una regla de medir y habrá que cantar la canción de Teresa Rabal, pero en vez de ponernos de pie o sentarnos...haremos gimnasia con la mascarilla y los brazos, que ya parece esto una clase de Eva Nasarre.

Pero centrándonos en la cuestión pertinente, hay que ver este gobierno, no da puntada sin hilo, aunque da igual porque seguramente está dando sus últimas bocanadas de humo, porque eso es lo que vende: "humo". Un gobierno que vende humo es peligroso porque intenta contentar a todos, y eso no es posible; no es lo mismo contentar, que depende de otros, que ser feliz, que depende de uno mismo. Por eso cuando oyes cosas como: "estoy feliz porque he cobrado la nómina", tú piensas para adentro, "pero si te lo has ganado". Mal vamos cuando no distinguimos esta sutileza, y peor es cuando la ciudadanía deja de creer en este gobierno, como está sucediendo. Un claro ejemplo ha sido la inevitable derrota en las elecciones a la Comunidad de Madrid, pero como vemos esto es solo el inicio.

¿Y qué está haciendo este gobierno de pandereta al respecto? Pues jugar al despiste, primero hizo cambios de baloncesto, pero ahora ya son de balonmano y me quedo corto, esto demuestra desgobierno, revanchas y falta de rumbo, aunque quieran mostrar una falsa limpieza de cara. El siguiente palo para este gobierno ha sido la decisión del Tribunal Constitucional sobre el primer estado de alarma, por la mínima ha declarado "inconstitucional" el mismo, ya veremos cómo subsana el daño causado a la hostelería, p.ej, pero el recurso de VOX se ha impuesto para visibilizar que se debió promulgar un estado de excepción y no de alarma. 

Ahora habría que preguntarse cuál será el siguiente disgusto gubernamental, pues éste tratará de las consecuencias del mal obrar; dicho de otro modo, no puedes pactar con pseudo-terroristas y secesionistas y esperar que las aguas se calmen por sí solas sin pagar un alto precio, como consecuencia de esto hemos asistido a la burla de unos cuantos "don-nadie" que han obtenido su indulto merced a presiones y sobornos al gobierno, y que encima reconocen que lo volverían a hacer; no hace falta decir que con un gobierno en condiciones estos personajes cumplirían la pena íntegra y no saldrían felices de la prisión. En el País Vasco se estarán frotando las manos haciendo la carta de los "reyes vagos", aprovechando la debilidad gubernamental cual pirañas en un río americano.

Pero esto siempre ha existido desde que el mundo es mundo políticamente hablando, porque si hay un aspecto que nos define a los españoles es el "particularismo", siempre ha habido más desunión que verdadera unión. Si hacemos cábalas sobre una España distópica en la que no hubieran existido los Reyes Católicos, nos podríamos echar a temblar, pero afortunadamente no fue así o eso nos hizo creer la historia. Decía el gran Ortega y Gasset que Europa es anterior a sus naciones, pero que no tenemos conciencia de ello y de ahí las innumerables lides acaecidas desde el surgir de los Estados Modernos. El peligro no radica en el particularismo en sí, sino en la "acción directa o violenta", o la no aceptación de las instituciones, como el gobierno o el Estado, muestras de esa acción directa han sido aquí los atentados que hizo ETA en su tiempo, o los disturbios provocados por los CDR en Cataluña, el fin es el mismo: acción directa y violenta para conseguir llevar a cabo la realización de algo utópico. 

Lo que está meridianamente claro es que el particularismo solo surge ante la debilidad, con un gobierno con mano de hierro no es posible el particularismo, o aldeanismo como decía Ortega, pero sí es fácil que existan los nacionalismos. Según Ortega hay dos tipos de nacionalismos: los de exclusión (Cataluña o País Vasco) y de inclusión (el resto de España), podemos hablar de otros ejemplos como Irlanda, Escocia, etc; pero de carácter muy diferente al nuestro porque debajo de la política se esconde un elemento religioso enorme. Ortega proponía como salvación al problema español a la Europa misma, pero no se dio cuenta, o sí pero suspendió el juicio, de su craso error al poner como paradigma de un buen Estado a Alemania (la de Von Bismarck y Hitler); cuya debilidad fue su propio y exacerbado particularismo, lo mismo que Italia, ambas consideradas las últimas partes formantes del gran puzzle europeo, cuya primera pieza siempre fue Gran Bretaña. 

En fin, mientras existió un proyecto común en la Edad Moderna llegamos a conseguir importantes logros, después como no había nada por lo que luchar nos convertimos en mercenarios..y en tres siglos pasamos de ser un imperio a ser un país dividido. Ya lo dijo Ortega: "Castilla hizo a España y Castilla la ha deshecho". Solo falta preguntarnos qué hubiera sucedido si hubieran existido más motores de progreso mercantil como Cataluña, País Vasco, norte de Castilla o Valencia, y los diferentes gobiernos o instituciones no hubieran dejado abandonadas a su suerte a Andalucía, Galicia, Extremadura o las dos Castillas. ¿Cómo se puede obviar que el poder de las autonomías que apostaron por la industria es tan grande, y que el centralismo siempre se va enquistar en el mismo problema, llámese autodeterminación o independencia? ¿No nos damos cuenta de que estos vendehumos son títeres ahora mismo, y que los secesionistas los pueden manejar como quieren?. Estas preguntas se las habrá formulado cualquier ciudadano de a pie, pero sabemos que lo que verdaderamente desean es algo monetario, siempre, y con eso se conforman. Porque si consiguen la independencia saben que consiguen su extinción política; eso es lo bueno de estar, aunque nos pese en parte, en la Unión Europea, que aunque falle el centralismo siempre hay un paraguas mayor.

Como decía el mismo Ortega: "El presente debe ser un puente entre pasado y futuro", que cada uno lo interprete a su manera.


jueves, 8 de julio de 2021

Con "nocturnidad" y alevosía.

Aunque el título pueda parecer el inicio de un relato policial, este artículo obedece más al ámbito educativo y aunque no aparezca en el mismo la premeditación, ésta también está presente. Está claro que en Cataluña (desconozco si hay una misma deriva en el resto de España) corren malos tiempos para el bachillerato nocturno en general, esto no viene de ahora porque es la crónica de una muerte anunciada desde 2008, su final no lo sabemos pero el Departament d'Ensenyament está haciendo lo posible por acelerar su desaparición; cosa que me parece mezquina y ruín porque gracias a ese bachillerato nocturno yo mismo obtuve mi título allá en los 90 y pude optar a la mal llamada selectividad, ahora PAU o EBAU. 

Por supuesto no es lo mismo haberlo vivido como alumno en un pasado ya lejano, que sentirlo en el presente como algo que te afecta de pleno en tu trabajo. Cuando yo estudiaba nocturno, gran parte del alumnado trabajaba por la mañana, y asistir a clase por la tarde era una gran salida, o una vía de escape según se mire, para quien quería seguir estudiando, pero almenos no nos consideraban como meros números como ahora. Desde 2008 han desaparecido en Cataluña la mitad de los centros educativos que ofertaban este tipo de enseñanza, si lo comparamos con Madrid es desolador ver que allí aún existen una treintena de institutos en los que se imparte el bachillerato nocturno, mientras que aquí no se llega tirando alto ni a la mitad. Mi propio instituto, baluarte de ese tipo de bachillerato nocturno, ya dejó de serlo hace tiempo.

La cuestión radica en preguntarse si de verdad todo es válido en la educación, los que llevan los hilos de las marionetas no nos ven solo como números, sino que además observan que no les salen los números, pero disimulan sobre el darse cuenta de que están jugando con el futuro de muchas personas, profesores y alumnos. Desde que llegó a nuestros oídos el decreto de plantillas, sabíamos que la que se avecinaba era de las gordas y que venían mal dadas, no debe ser nada agradable para quien dirige un centro, plato de no buen gusto para muchos, tener que gestionar un centro como si fuera una empresa en la que los activos no se compran ni se venden, simplemente ha de haber presencialidad. Ni tampoco debe ser algo placentero ver cómo a final de curso se llega al enfrentamiento y al mal rollo entre quiénes se consideran compañeros a principios de curso y que se acaban convirtiendo en rivales por un puesto. 

Pienso que los docentes nos debemos a nuestro trabajo, duro por cierto y más en pandemia, y el mismo empieza por atender las necesidades del alumnado en su diversidad. El bachillerato nocturno, como las escuelas de adultos en secundaria, cumplen esa función social e integradora para quienes no pueden asistir a clase en turno de mañana, bien por cuestiones de trabajo o bien porque se sienten más tranquilos en petit comité. Es fácil observar que el alumnado de diurno y nocturno es totalmente opuesto en su perfil y en su preparación, el alumnado de diurno es de un perfil joven que no suele trabajar; en cambio, el perfil de nocturno es de un alumnado que repite materias pendientes, son personas con necesidades especiales, personas mayores que dejaron los estudios en su día o personas jóvenes que trabajan y han de dar sustento a sus familiares. Pero también es fácil ver que este tipo de alumnado necesita más dedicación y atención, en un grupo clase amplio se dispersarían, o simplemente abandonarían.

Y aquí entra en juego la "premeditación", se supone que la educación ha de buscar, por un lado, la excelencia en el alumno, y por otro intentar que no haya fracaso escolar. Pueden parecer cosas contrarias, pero nada más lejos de la realidad, en la labor docente deberíamos hacer sentir siempre útil al alumnado, que crean a pies juntillas que para nosotros son iguales, sin distinción, que una cosa es que saquen un 0 o un 10 (que al final es un número) y otra el trato cercano con ellos y ellas porque son personas y merecen toda nuestra atención. El problema es que sigue existiendo esa distinción entre "listos" y "tontos", sobre todo desde la aparición de las competencias básicas, que más bien son incompetencias porque le marcan al alumnado no solo el itinerario a seguir, sino que ya sabe de antemano para lo que no será útil, y no hay nada más peligroso que quitarle un sueño a alguien. Y lo grave es que parte del profesorado se aprovecha del asunto para quitarse pelusa de encima.

Por último, siguiendo con dicha "premeditación" , ya ha sido el colmo ver que la pandemia está siendo un arma de destrucción masiva para el bachillerato nocturno. Es triste observar cómo las altas esferas aprovechan cualquier grieta en un centro educativo, un cambio de equipo directivo o que no cuadren los números, p.ej, para atacar con su arsenal politico donde más duele: su seña de identidad, en este caso el bachillerato nocturno. Y las razones que aducen no son verdaderas, en vez de ir al grano se escudan en que ese tipo de alumnado de bachillerato nocturno estaría mejor en una enseñanza on-line o incluso la propia escuela de adultos...que no suele ofertar este tipo de enseñanza. Es para echarse a temblar porque la mayoría de este alumnado a duras penas tiene conocimientos de informática, y a duras penas ha sabido convivir con las clases a distancia. ¿Tanto cuesta decir la verdad y decir que todo va en base al número de alumnado porque los gastos generados son inasumibles? Eso no lo pueden decir porque se echarían piedras sobre su tejado..y la verdad es que la transparencia brilla por su ausencia en política, solo se hacen concesiones cuando hay votos de por medio. 

En fin, "donde dije digo digo Diego".