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domingo, 24 de marzo de 2024

"20 años y pocos días después" (análisis de la cuestión terrorista)

En primer lugar, habría que hacer hincapié en dos hechos que, cuáles hipótesis, parece que carezcan de relación entre ellos; pero si actuamos como cualquier científico que se precie nuestra labor sería intentar conectar ambos, muy distantes en el tiempo, de ahí el encabezado de este artículo. Los hechos que hago mención son: "el 11 M" y "la ley de amnistía". La ley de amnistía no es un dislate solo político, sino que abre un precedente peligroso en el futuro; al despropósito de que hay una cierta ley que permite que violadores, pederastas, acosadores, etc; no cumplan su condena íntegra porque los políticos no saben redactar, hay que sumar la esperpéntica circunstancia de que terroristas varios puedan hacer lo que les plazca sin que pena alguna caiga sobre ellos y se vayan de rositas, a no ser que la cruzada del juez García Castellón llegue a buen puerto.

Aquí es donde confluyen ambos hechos, en el tema del terrorismo, que por desgracia hemos padecido en España, de una manera u otra desde los años 60 del siglo pasado, y que sufrimos por última vez en el atentado de las Ramblas de Barcelona en agosto de 2017, con sus coletazos en Cambrils. El terrorismo no es más que pura utopía, es la expresión de llevar a cabo por la fuerza, de manera violenta, un sueño irrealizable. Platón, el primero en usar este vocablo, ya hablaba en su teoría filosófica de un modelo político ideal utópico (que no tiene lugar), pero no sería capaz de presagiar ni por asomo la deriva radical futura del concepto "utopía" a lo largo de la historia. Pero, que nadie se llame a engaño sobre esta cuestión, el terrorismo ha existido desde siempre y existirá.

Si hacemos un análisis histórico sobre el tema del terrorismo, en sus diferentes versiones, nos podemos llevar las manos a la cabeza por la cantidad de hechos relacionados con esa lacra desde sus inicios. El primer indicio de conductas terroristas del que se tiene constancia fueron los "sicarios" judíos, que degollaban a los legionarios romanos con la sica (daga pequeña). Después aparecerán sucesivamente los "assassins" ismaelitas con su violencia contra los cruzados cristianos; los saqueos europeos de normandos y vikingos de las iglesias (de hecho llegaron hasta el Guadalquivir pero fueron repelidos por las gentes sevillanas); el terrorismo de ultramar, y terrenal a veces, de piratas (aún los hay), corsarios, filibusteros, etc; el elemento de denuncia contínua que supuso la guillotina durante el "Terror" de Robespierre (por la que pasó el mismo); el "Terror rojo" que inició Lenin con sus bolcheviques y que tiene continuidad en Stalin y sus "gulag"; y por último Hitler y su utópica raza aria que conllevó el exterminio de gran parte de la población judía europea. 

Por no hablar de los constantes avances que siguieron a cada barbarie en cuanto a las armas utilizadas, a más progreso más violencia y destrucción. Así entramos en el terrorismo moderno, el que empezó con tiros y bombas y que al final convirtió a los vehículos en armas, que por desgracia todos conocemos. Si hay un elemento, común denominador, en el terrorismo actual es el factor político, pero en su devenir fue el aspecto religioso, al menos hasta la época de las cruzadas. El terrorismo moderno siempre ha hecho gala de intentar disfrazar la política con la religión, pero en su afán territorial se visibiliza que la religión siempre sirve de excusa, causa o artimaña. ¿Cuál ha sido la verdadera causa de la existencia, hasta el advenimiento del terrorismo islámico, de las bandas terroristas en Europa durante los siglos XX y XXI? Los nacionalismos, tanto incluyentes como excluyentes. 

El primer caso de terrorismo nacionalista en Europa fue el que se dio (y que aún perdura) en tierras irlandesas, y que durante 30 años, entre 1969 y 2001, provocó la muerte de casi 4000 personas. Las razones de este conflicto que dio lugar a tal espiral de violencia son varias y venían ya de muy lejos: la paulatina colonización británica de toda Irlanda, que al final supuso la formación de Irlanda del Norte, con capital en Belfast, con hegemonía protestante y sentimiento unionista hacia los británicos; el nacionalismo irlandés, consecuencia de las injerencias de los colonos escoceses e ingleses, con el territorio más extenso, de fuerte raigambre católica (San Patricio es el patrón de Irlanda por algo) y con sentimiento romántico de la pérdida de un territorio que se debía recuperar, con capital en Dublín; las alianzas de ultramar, las de España y Francia a favor de los irlandeses en el año 1600 en contra del imperio británico, que causó una diáspora irlandesa hacia España; y las ayudas no intervencionistas, durante el conflicto armado actual, de Libia y la Unión Soviética en cuanto a armas se refiere; por último, la total resistencia británica a perder sus posesiones en el Ulster, a sabiendas que pagarían un alto precio en vidas humanas y a nivel político. 

Así, los contendientes en el conflicto norirlandés fueron los siguientes: de un lado los protestantes unionistas, que cada vez han ido perdiendo más peso en Irlanda del Norte; y de otro el IRA (ejército republicano irlandés), brazo armado del nacionalismo irlandés y el SINN FEIN, brazo político de dicho nacionalismo de izquierdas, que finalmente negociará la paz aunque se sospecha que la misma se está diluyendo. Durante esos 30 años, todo el Ulster estuvo ardiendo en llamas, el epicentro de la acción fue Belfast, pero también hubo disturbios y muertos en las manifestaciones de Londonderry (la ciudad más católica de Irlanda del Norte) y en la escabechina de Omagh. No hace falta decir que cualquier conflicto se vuelve recíproco y que también hubo atentados en la Republica de Irlanda (Dublín) y en territorio británico (Birmingham, Guilford, Wolwich, Manchester... incluso Londres), y que su enquistamiento llegó a provocar problemas en Alemania y Países Bajos.

En los años del conflicto irlandés aparecen en Europa dos bandas terroristas de diferente índole: Las Brigadas Rojas en Italia y ETA en España. Las Brigadas Rojas, banda que tuvo su auge entre 1970 y 1990, son aún el símbolo terrorista de la extrema izquierda en Europa, hicieron multitud de atentados en base al miedo existente en aquella época a la posible proliferación de grupos de extrema derecha en la política europea, no se equivocaron porque la actual primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, es  representante de esa ideología. La acción más horrenda ejecutada por las Brigadas Rojas fue el secuestro y posterior asesinato en 1978 del ex-primer ministro italiano Aldo Moro, cuando su pretensión era verdaderamente acabar con la vida del primer ministro Giulio Andreotti.  

El caso de ETA merece capítulo aparte, por cercanía y por ser difícil de explicar por más que se intente. Hay quien dice que ETA se fundó en los seminarios de los párrocos de las iglesias del País Vasco, y, la verdad sea dicha, razón no le falta. Los terroristas que fundaron dicha banda pidieron consejo, antes de cometer atrocidades, a los curas sobre si era lícito o no usar la violencia con tal de conseguir su utópico sueño: emanciparse del Estado español. Pero vayamos al grano para poder entender cómo se gestó "Euskadi y Libertad" (E.T.A). El nacimiento del nacionalismo vasco aparece con un carlista descontento, Sabino Arana, que pasará de sentirse un carlista españolista a odiar todo lo que representase a la nación española con su nacionalismo vasco: racial, machista, xenófobo e independentista.

Siendo consciente de que el euskera había ido desapareciendo con el tiempo por la dispersión de los núcleos de población y los caseríos vascos, vio como solución y oportunidad reinventar el euskera (según el filólogo Jon Juaristi, que había sido "abertzale" o nacionalista vasco en su juventud y que después hizo el camino ideológico inverso a Arana, éste eusquerizó la lengua castellana en base a ese sentimiento nacionalista cultural romántico; el tema de la desaparición del euskera ya lo habían tratado, antes de Arana, los defensores a ultranza del folklore vascuence: Juan Antonio Moguel Urquízar y Joseph Augustin Chaho). El fundador de EAJ-PNV también se aprovechará de los grandes cambios que se estaban avecinando en el territorio español a finales del siglo XIX y principios del XX.

¿Cuáles son las causas de esta deriva nacionalista en Sabino Arana? Las primeras son familiares porque toda su familia se exilia en Francia durante tres años, siendo él muy joven, por ser de ideología carlista, un carlismo venido a menos en aquella época por el gran auge del liberalismo que podía perjudicar al fuerismo, y para los vascos las leyes forales eran su signo de identidad, y por tanto intocables. Tal peligro se consumará en su juventud cuando los fueros se suprimen durante un tiempo, pero quien prende la llama nacionalista en Sabino es su hermano Luis, nacionalista convencido, al plantearle la cuestión de que ser carlista era ser españolista y que si él era vasco no podía ser español. Después de dura batalla dialéctica acabará abrazando el nacionalismo de manera más radical que su hermano si cabe.

La crisis del carlismo después de una dura derrota militar significó todo lo que Sabino Arana detestaba, y que iba en contra del lema carlista: "Dios, patria y Rey". La caída del antiguo régimen, el liberalismo centralista, el laicismo frente al catolicismo, el caciquismo, la falta o imperfección de un sistema democrático, la crisis del nacionalismo español por no existir un proyecto común (ya lo decía Ortega y Gasset, pasamos en tres siglos de ser un imperio a ser un país dividido: "Castilla había hecho a España y Castilla la había deshecho"), el colonialismo, las teorías racistas, la industrialización y el socialismo...todos estos factores, junto a la supresión de los fueros, harán que Sabino Arana se convierta en el adalid del nacionalismo vasco. 

60 años después aparece la banda terrorista ETA, nacida en un contexto histórico y social muy diferente al de Sabino Arana, pero heredera de los problemas no solucionados por falta de acuerdo entre las partes, sucesos como el bombardeo de Guernica en la Guerra civil no ayudaron en nada para poder pacificar el hambre de venganza del nacionalismo vasco. ¿Cómo surge E.T.A? En primer lugar hay que apostillar que ETA se quería reflejar, de algún modo, en el prisma del conflicto norirlandés, pero no se parecían ni por asomo porque el País Vasco no fue colonizado y la religión católica era la única para todo el territorio estatal. Así que los enemigos de los terroristas pasaron a ser, entre otros, el Estado español y los que llamaban "maketos" (españoles que emigraron al País Vasco durante la industrialización y sus descendientes, siempre que no se declararan afines al independentismo).

La lucha contra el Estado español era a causa de la Dictadura acaecida después del triunfo del bando nacional en la Guerra civil. Si el nacionalismo sabiniano era racial, el de ETA será etnocentrista. En ETA desaparecen los símbolos carlistas del nacionalismo de antaño y se sustituyen por la ideología socialista (en contra del comunismo por eso), el movimiento obrero y el sindicalismo, la revolución, y un sentimiento independentista que intentaba recuperar y reclamar lo que ellos llamaban "Euskal Herria"(Vasconia), que comprendía lo que ocupa el País Vasco más Navarra y el País Vasco-francés, así que detrás había también un sentimiento territorial ante todo. Poco quedaba ya del creador del término "Euskadi" en lugar de "Euskal Herria"; de la bandera llamada "Ikurriña" (aceptada a partir de 1936, en esta bandera hay tres símbolos: el fondo rojo es el símbolo del País Vasco; la cruz verde de San Andrés significa la independencia y el árbol de Guernica; y la cruz blanca representa a Dios); y del día del "Aberri Eguna" o día de la patria vasca. 

El pensamiento de Sabino Arana había sido borrado de un plumazo por ETA en la forma, pero no en el fondo originario del nacionalismo, eso sí de manera radical y violenta como dan fe casi 900 muertos y un sinfín de heridos como consecuencia de sus múltiples atentados, hasta su supuesta disolución en 2011 (a este tema volveremos más adelante). Que ETA no comulgaba con las ruedas de molino sabinianas se notaría a partir de los años 50, en 1952 aparece un grupo estudiantil denominado "EKIN" ("intentar" en euskera), que de la mano del PNV entablará conversaciones con sus juventudes (EGI). En 1956 se fusionan y realizan una ponencia en un congreso en París defendiendo sus posturas nacionalistas y criticando las directrices del PNV. Dos años más tarde, en 1958, EKIN es expulsada del PNV y enseguida se separa también de EGI, en dos telediarios se había formado ETA.

A partir de entonces, durante prácticamente 60 años, se inicia una época terrorífica de masacres, violencia, incomprensión, venganza, llantos, detenciones, etc;. No era solo la existencia de ETA porque en aquella época surgen o ya existían diversos grupúsculos de diferente calado, tanto de un signo como de otro. De hecho, en los años 80, el propio gobierno español de Felipe González permitió el terrorismo de estado a sabiendas de su peligrosidad (fue el caso de los GAL, con las muertes de Lasa y Zabala como mártires terroristas). En el bando terrorista de izquierdas o nacionalista estaban grupos como: DRIL (a día de hoy no se ha esclarecido si la que se atribuye como primera víctima de ETA fue realmente causada por esta banda gallega-portuguesa o no), GRAPO, Terra Lliure o Maulets; en el bando de tendencia franquista estaban el Batallón Vasco Español (BVE) o Antiterrorista ETA (que desaparecen justo antes de los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL), que provocaron un escándalo mayúsculo por la importancia de cargos políticos relacionados con esa trama). 

Podemos desarrollar la historia de la banda terrorista ETA en diferentes etapas: 1) varios de los miembros fundadores de ETA en 1958, "Txillardegi" o Benito del Valle se desvinculan de la organización terrorista en 1967 cuando perciben que el camino que toma ETA dista mucho de la lucha política, otros como Julen Madariaga, Patxi Iturrioz o Rafael Albisu continúan con su cruzada nacionalista a su modo; a partir de 1968 empiezan los asesinatos, los secuestros y las extorsiones a diversos empresarios para cobrar el impuesto revolucionario; ahí empieza la falacia de "o estás conmigo o contra mi" y si no colaboras te pinto una diana en la puerta de tu casa como advertencia (la novela "Patria" de Fernando Aramburu explica muy bien cómo dos matrimonios muy amigos dejan de tener relación porque uno de ellos es un empresario contrario al nacionalismo, lo que le cuesta la vida a manos del hijo del otro matrimonio, terrorista convencido y arrepentido después). 

Pero ya antes habían comenzado las escaramuzas de ETA, en concreto en 1959 ponen una bomba en el periódico "Alerta" en Santander, después posteriores explosiones en el Gobierno Civil de Vitoria y en la Jefatura de policía de Bilbao, aquí inician sus andanzas.  En 1961 cometen su primera acción violenta, cuando intentan descarrilar un tren que transporta falangistas que se dirigen a San Sebastián, ataque que fracasó y cuyo resultado fue la detención de 30 activistas, siete condenados, y la percepción de que aún no estaban listos para la lucha armada. Previamente había sucedido el caso de la bomba de la estación de Amara, donde muere una niña, pero nunca se ha sabido si fue ETA la autora o no. A partir de aquí ETA se irá reformulando en diferentes asambleas, hasta que en 1968 cambiará todo y no habrá marcha atrás.

Los "etarras" (neologismo creado por la prensa española), o "etistas" en primer término, se sentían algo así como los herederos de los "gudaris" o vascos que lucharon en el bando republicano en la Guerra civil para defender los fueros, la lengua y el nacionalismo. El 7 de junio de 1968, dos etarras son interceptados por una patrulla de la guardia civil en un control rutinario de carreteras, el guardia civil se da cuenta de que la matrícula es falsa y uno de los etarras le descerraja varios tiros por la espalda y después en el pecho al caer abatido, su compañero que estaba más alejado y no se percata de lo sucedido, también será víctima de ETA años después. El sanguinario asesino fue Xabi Etxebarrieta, que se había convertido en uno de los máximos dirigentes de ETA de la noche a la mañana. 

Aquel día muere el cabo Pardines de la guardia civil, pero poco después el mismo Etxebarrieta morirá después de una persecución y un forcejeo, dicho etarra tenía la misión de asesinar a los jefes de las Brigadas de la policía de Bilbao y San Sebastián. El otro etarra, Iñaki Sarasketa, jefe de la organización en Guipúzcoa, huye pero es detenido posteriormente y llevado a un consejo de guerra ese mismo año; por un defecto de forma primero, y por la intercesión de un alto poder de la iglesia y la presión externa después, harán que se le conmute la pena de muerte, pero no que estuviera en prisión un largo tiempo. Dos meses más tarde asesinan a Melitón Manzanas, inspector de policía, por su presunta faceta de torturador según aseguraban dirigentes antifranquistas (como el propio  Sarasketa) y como represalia por la muerte de Xabi Etxebarrieta. La violencia y la lucha contra la España franquista ya era irreversible.

2) En 1970 se lleva a cabo el macro proceso de Burgos, contra los miembros detenidos de ETA en los primeros años, en aquel proceso se les conmuta la pena de muerte por penas de cárcel según los delitos cometidos; miembros de ETA como Xabier Izko de la Iglesia o Mario Onaindía fueron juzgados en dicho proceso, en total 16 personas que no fueron condenadas a muerte por la gran presión externa en todos los ámbitos. Franco ya daba síntomas de flaquear y había cedido en parte los trastos a su segundo de a bordo: Luis Carrero Blanco en 1967. Carrero Blanco, siendo ya presidente del gobierno español, volará por los aires literalmente en 1973, fue la primera acción de ETA fuera del territorio vasco, en Madrid, pero cada vez hay más dudas sobre quién estuvo detrás de ese atentado porque se dice que ETA no podía tener tanto poder para acometer una acción de tal índole y con tanta planificación. Imagínense la repercusión que tuvo un magnicidio en el ámbito internacional, esto sumado a la inevitable muerte de Franco y a la llegada de nuevo de la monarquía de la mano de Juan Carlos I.