Entradas populares

viernes, 2 de abril de 2021

A Hume no le gustaría el cine.

¿Se puede ser inductivista y lo opuesto a la vez? Está claro que David Hume lo consiguió, fue un adalid de la experiencia mediante lo sensorial, pero concluyó que esa observación perenne no era válida para poder explicar la conexión necesaria entre la causa y el efecto, con lo que analizando su filosofía se observa un poco de contradicción y un mucho de falta de visión de conjunto. Nos podríamos cuestionar así qué habría sucedido si Hume hubiera seguido por el camino hipotético, deductivo-inductivo, cartesiano en vez de quedarse a medias en su proyecto.

Si nos atenemos a sus cuestiones de hecho, con el manido paradigma de las bolas de billar, observamos los errores de su filosofía a vuela pluma. No creo que nadie que viva en esta época esté de acuerdo en decir que el futuro, aunque contingente, no pueda ser objeto de estudio porque no podemos tener experiencia sobre el mismo. Decir que siempre vivimos el presente es mentira, más aún cuando ahora mismo deseamos una huida hacia adelante, queremos sueño y no tanta realidad mediocre e incierta. Decía el gran Ortega, en sus "Meditaciones del Quijote", que existe una línea histórica que nos define, el pasado hay que asumirlo en el presente de cara al futuro, pero nunca olvidarlo. Pero Hume desconocía el quehacer de cada uno, cuyo afán siempre es futurible como proyecto sartriano y no presencial.

El siguiente pero radica en su crítica de las tres substancias, la forma de acometer el análisis de cada una de ellas es a mi parecer un craso error. Comencemos por la "res infinita" o Dios, quizás la más polémica. En ese juego de impresiones-presente e ideas-pretérito, Hume llegó a decir sobre dicha sustancia que incumplía los preceptos del "principio de la copia": cada impresión sensible concreta, cada experiencia constatable, es convertida en idea mediante la memoria o el recuerdo; la imaginación puede relacionar varias ideas y convertirlas en complejas aunque carezcan de referente real. 

El problema aparece cuando surge un concepto del que no tenemos constancia a nivel experimental: Dios. Hume afirmó que Dios se opone al principio de la copia, no tenemos impresión de su sustancia y, por tanto, tampoco puede haber idea del mismo, pero eso no significa que Dios no exista. Así se observa una paradoja en su crítica a Descartes: tilda al referente racionalista de cómodo por solventar su duda hiperbólica sobre el genio maligno a través de la demostración también hiperbólica de la existencia de Dios, pero Hume se echa atrás en parte en el análisis sobre la sustancia infinita. 

Respecto al análisis de la crítica de la "res cogitans", el pensamiento, Hume aduce que no puede existir una realidad extramental. 



No hay comentarios:

Publicar un comentario