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viernes, 18 de marzo de 2022

El "Boomerang"

Que cierto personaje, que escribe en un diario con inicio de abecedario o de terminología médica, se haga llamar periodista es señal de que la podredumbre ha llegado también al periodismo. Más que nadie debería saber que para todo hay un límite y éste se los ha saltado todos al calumniar vilmente a la comunidad educativa de la que formo parte. Decía Ortega y Gasset que el derecho a opinar es un derecho personal, pero que tiene un gran peligro si se hace con desconocimiento y aversión. No sé cómo este señor, siendo generoso en el apelativo, es capaz de poner a los docentes a caer de un burro mediante tales calificativos como: infames, gandules, barriobajeros, jetas, miserables, egoístas y poco inteligentes. Desde luego debe tener un trauma de su época escolar y estos vocablos son más propios de otras personas que desde luego no se dedican a enseñar. 

¿De verdad nos merecemos esto? ¿En qué se basa esta persona para desacreditarnos de este modo? Para empezar, los docentes no podemos ni debemos impartir clases sin tener los estudios acabados, cosa que usted no puede decir, pero como todos sabemos el sensacionalismo y la mentira venden humo y mucho por desgracia. Solo hay que observar la cantidad de advenedizos arribistas periolistos que hay en la actualidad en según qué cadenas que no aportan nada a la sociedad; y este individuo se supone que escribe para un diario serio, riguroso y de alcurnia. No sé si el término decrepitud se puede ajustar a lo que sucede en parte del periodismo mal entendido, pero el artículo de este barcelonés es un botón de muestra de ello. 

Como he dicho antes, la ignorancia es mala, malísima, y para criticar (que, entérese amigo, viene del griego "krinein", que significa examinar o juzgar) antes hay que conocer y estudiar lo que se dice. Que si somos unos privilegiados, que si somos todos de izquierdas, que si tenemos dos meses y medio de vacaciones en verano y quince días de vacaciones en navidades, que si tenemos una nómina desorbitada, que si bla bla bla... Nunca en mi caso me pondría a opinar sobre el caso de la guerra que tanto nos influye, p.ej, porque me falta mucha información y prefiero guardar silencio, "epokhé" como dirían mis amados escépticos que tan bien nos vendrían ahora,  así que sin conocimiento de causa mejor no hablar y todos contentos. 

Solo le ha faltado decir que adoctrinamos de modo constante y adrede al alumnado, no lo dice porque el orgullo no se lo permite y en el fondo donde había hoguera quedan brasas. Empecemos a desmontar toda la sarta de mentiras que enuncia en su artículo; sobre el asunto de ser privilegiados, creo que un gran error de esta sociedad es permitir que un político sin estudios tenga mayor remuneración que un maestro, y en la categoría de funcionarios de la Generalitat de Catalunya nuestro salario (y digo salario porque a este paso acabamos como en la época de los neveros con la luz a precio de oro) dista de ser equiparable, por decir uno, al de los Mossos d'Esquadra, a esto hay que sumarle los indecentes recortes sufridos con anterioridad y que no se han subsanado, si al menos hubiera más contratación pero ni eso, más bien vamos camino de subcontratación.

Aparte, los docentes catalanes son de los peores pagados si se comparan sus sueldos con las demás C.C.A.A. según recogen diferentes estudios comprobados y contrastados....Y para más inri, nosotros no somos solo docentes, formamos parte de compañías de teatro, venimos del circo, tenemos divanes en clase, nos pagan por horas las compañías telefónicas, hicimos másters con Gates y Jobs, y en última instancia en pandemia jugamos a ser Dr.Jekyll y Mr.Hyde..un poco de seriedad periodística por favor, y de respeto por los que intentamos ganarnos de modo honrado la vida, a otros se la regalan y por eso no son tolerantes. 

Lo segundo, a lo mejor es amigo de los del CIS para asegurar que todo el profesorado es de izquierdas, ni es verdad ni es de su incumbencia, se intenta dejar el ámbito de la política fuera del espacio escolar, exceptuando casos en los que el debate lo requiere: ética, filosofía, historia, etc; pero siempre fomentando el espíritu crítico del alumnado y no aleccionando como se supone. Ser de izquierdas o de derechas no debería ser algo que aporte mucho a la docencia, lo primordial es formar personas para que en el futuro no sean capaces de decir dislates como los suyos. Nosotros les damos las llaves de las puertas y las abren o no, sabiendo de antemano las consecuencias de sus acciones en el futuro, teniendo muy claro que hay temas que son tabú y que pertenecen a nuestra intimidad. Nuestra opinión debe huir de la inducción. 

Lo tercero, tener dos semanas de vacaciones en navidades no es una cosa excepcional sabiendo que muchas empresas privadas tienen los mismos días o incluso más; sobre las vacaciones de verano tengo que decir que un docente realiza cada semana más horas en casa que en el centro educativo, pensará que eso no justifica tener dos meses para descansar; pero los equipos directivos solo tienen uno, en el mes de julio se hacen formaciones imposibles de llevar a cabo durante el curso escolar, y estoy seguro que si nos valoraran más, en lugar de menospreciarnos, laboral y personalmente, otro gallo cantaría.. y los padres lo agradecerían. Supongo que como no se informó antes de escribir esta bazofia sin veracidad alguna, obvió todas las actividades que puede llegar a realizar el profesorado entre junio (a finales), julio y septiembre (principios): evaluaciones, memorias de curso, formación, formar parte de tribunales de P.A.A.U u oposiciones (con la consiguiente carga de corrección), reuniones con profesionales nuevos, etc; así como lo que cuelga entre septiembre y junio: tutorías, claustros, Consejo Escolar y un sinfín de cosas del amplio abanico de posibilidades posibles. 

Señor "Redentor", usted no podría ser docente pero muchos docentes podrían ser columnistas si se lo propusieran. Piénselo la próxima vez que se vuelva un "hooligan" periodístico. La retranca y el sarcasmo no se adquieren, son innatos. 



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