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sábado, 29 de abril de 2023

I.A: ¿"Inteligencia artificial" o inutilidad académica?

Si ponemos un circo, nos crecen los enanos. Lo único que nos faltaba ya es que las máquinas se pusieran en contra de los humanos, como está sucediendo en todos los ámbitos laborales, pero sobretodo en uno: el educativo. ¿En qué momento se le ocurrió a los lumbreras de turno, OpenAI, jodernos, con perdón, de esta manera, a sabiendas o no?. Si ya se están haciendo regalos a los alumnos y se piensan que se les hace un favor, con el chat GPT del demonio ya nos podemos poner las pilas. Realmente no es una lucha contra algo virtual, sino una lid contra nosotros mismos para ponernos a prueba y reinventarnos, de nuevo. Lo que está claro es que les puede salir mal la jugada a los pupilos y que el efecto boomerang nos puede hacer apostar por tácticas antiguas, como el uso de más pruebas o actividades orales para calibrar actitudes/aptitudes, aunque el nuevo currículum diga lo opuesto en fondo y forma.

Quizás parte de culpa del advenimiento del imperio tecnológico la tenga nuestra propia sociedad, nos hemos vuelto demasiado cómodos, hasta el extremo de querer que nos lo traigan todo a casa. Un paradigma de ello es "Amazon", una empresa que se fundó en los años 90 en U.S.A para hacer reparto de libros a domicilio, que rápidamente pasó a ser librería on-line y que ahora se ha convertido en algo que genera gran ansiedad si el pedido no llega el día D a la hora H convenida. Si en los años 60 un analfabeto era una persona que no sabía leer ni escribir, en la actualidad existe el analfabetismo digital, no hace falta que lo explique porque queda bastante claro el término. Con esto no quiero decir que esté en contra de la sociedad de la información, solo faltaría, ni negar que la tecnología nos ha hecho progresar como especie humana.

Pero de ahí al "todo vale" informático dista un mundo, es innegable que estábamos avisados de que habría una revolución informática, tecnológica o robótica, pero no lo queríamos ver. Sólo han pasado 80 años desde que Isaac Asimov publicase sus tres leyes sobre la robótica, en la que los robots/máquinas eran tratadas como una ayuda y no como un peligro (visualizada de varias maneras en la gran pantalla: "Yo robot", con el mismo título de la obra del escritor ruso, y con Will Smith como protagonista; o la futurista y catastrofista "Terminator", con la frase de Arnold Schwarzenegger como latiguillo: "Sayonara baby"). Ya veremos si se cumplen los dictados de Asimov, o bien tenemos que lamentar tanta comodidad, inmediatez y vértigo temporal.

Quien está sufriendo más este boom tecnológico son, sin duda, nuestros mayores. Es indignante observar a veces el mal trato ofrecido por las entidades bancarias a personas que han sido sus clientes desde que la televisión era en blanco y negro, con lo que el hartazgo es palmario y los pobres ancianos no tienen más remedio que buscarse las habichuelas y, con estas circunstancias, manejar dos opciones: tener que usar el dinero de plástico, o bien buscar un sitio para depositar sus ahorros y que aún les permita pasar la libreta bancaria, como han hecho siempre. Pero hay que reconocer, por otro lado, que gracias a las reuniones on-line, por ejemplo, se pudo sostener parte de nuestra economía. Aunque fue un remedio temporal, vino para quedarse e imponerse a la larga.

Pero no hay que desviarse del tema, si antes mencioné que el chat de las narices puede ser, o es un problema ya presente; es una obviedad manifestar que esa herramienta ofimática también es usada (doy fe) por los mismos docentes, la verdad es que hay que conocer al enemigo e intentar ponerlo de tu parte, "si no puedes con tu enemigo, únete a él" se suele decir cuando no podemos enfrentarnos, y eso nos pone ansiosos, a alguna novedad que nos supera. El que suscribe ha intentado poner a prueba al genio maligno virtual, y la verdad es que aún hay remedio si se usa un lenguaje intrincado, rebuscado y culto; y también es verdad que aunque parte del alumnado siempre intenta hurgar en las redes, demostrando una gran falta de trabajo y de actitud, la situación se vuelve en su contra porque creen que conocen a los profesores cuando no es así sino al revés. 

A menudo son cazados al revisar las tareas virtuales porque se sabe perfectamente su forma de expresarse a nivel escrito y enseguida vemos que algo no cuadra en la terminología utilizada, en un examen escrito es más complicado deducirlo. A la caza de los estudiantes que se inventan las mil y una para copiar en los exámenes, habrá que sumar ahora la de los que piensan que todo está hecho de antemano y que no tendrán que esforzarse para hacer las diversas tareas educativas, qué errados están con sus elucubraciones futuras. Pero existe el convencimiento de que detrás de esto hay un plan preconcebido por las altas instancias gubernamentales europeas que no saben nada del significado del concepto "enseñar" y que tratan a los centros como futuras empresas. 

A las pruebas me remito: hasta el curso pasado, "Google classroom" (herramienta bastante válida para crear grupos clase en formato virtual) disponía de la opción de plagio (qué casualidad) y detectaba de inmediato si una persona copiaba algún párrafo directamente de internet; en su lugar han aparecido las "rúbricas" digitales, que no dejan de ser una herramienta de evaluación que han de crearse los propios docentes, y que ya no valora del 0 al 10, sino del 1 al 4 (que los padres no aceptan). Es una clara muestra de la deriva de la enseñanza, con la clara mano negra psico-pedagógica detrás, que está fomentando, por un lado, ignorancia supina en vez de excelencia; y creando futuros incompetentes, por otra, aunque se persiga la consecución de las supuestas competencias académicas, una gran mentira en mi opinión. 

No es cuestión de que quiénes en unos años se incorporen al mercado laboral vivan como Jim Carrey en "Truman Show", sino que sepan de antemano que la vida es bonita hasta cierto punto, y que es una dicotomía de alegrías y tristezas, como la frustración. Así que nos debemos plantear hasta qué punto IA significa inteligencia artificial o algo inservible a nivel educativo, ya lo veremos. Desde luego el término "inteligencia artificial" se las trae, los únicos seres inteligentes somos los humanos por ser animales superiores con lenguaje estructurado y raciocinio, desde Aristóteles a Darwin ha sido así y eso no va a cambiar aunque lo aseguren los gurús de lo virtual. ¿Quién de ustedes se dejaría operar a corazón abierto por un robot, que no tiene ni tendrá libertad de elección por ser un mero programa?, O ¿Un robot es capaz de decidir qué cable hay que cortar si hay que desactivar una bomba? Nosotros podemos dar marcha atrás, una máquina lo dudo mucho aunque quieran llegar tan lejos como la especie humana.

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